El sol es necesario, aporta bienestar y ayuda a mejorar el ánimo, pero no debemos olvidar que una exposición prolongada sin una protección adecuada puede ser perjudicial para la piel y los ojos.
Desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp) te recomendamos seguir estos sencillos pasos para proteger tu piel:
- Evita la exposición al sol en las horas centrales del día, entre las 12 y las 4 de la tarde.
- Aplica siempre un protector solar, utilizando el más adecuado a tu tipo de piel.
- Aplica el protector solar media hora antes de la exposición al sol y renuévalo cada dos horas o después de cada baño.
- Utiliza protección labial para evitar quemaduras y sequedad y mantener los labios hidratados.
- Protege tus ojos con gafas de sol homologadas.
- Hidrata tu piel por dentro, bebiendo al menos dos litros de agua al día, y por fuera, utilizando productos hidratantes y cremas aftersun.
Para elegir el protector más adecuado a tu tipo de piel, puedes seguir estas recomendaciones:
- Si tu piel es muy clara y se quema con facilidad es aconsejable que utilices FPS de 50 o más.
- Si tu piel se quema con moderación es aconsejable que utilices FPS de 30 y 50.
- Si tu piel es ligeramente oscura y se quema moderadamente es aconsejable que utilices FPS de 15 y 20.
- Si tu piel es morena y se quema con gran dificultad es aconsejable utilizar FPS de 10.
Protege a los niños
Recuerda que la piel de los niños es más sensible. Por ello, es aconsejable no exponer al sol a los bebés menores de seis meses, ya que no han desarrollado totalmente la producción de melanina. Para que los más pequeños estén protegidos, existen cremas solares específicas: para los niños de piel morena se recomienda un factor de protección solar (FPS) de 25; y para los niños rubios y de piel más blanca, un FSP superior a 30.