En verano son habituales tanto las picaduras de mosquitos, avispas y abejas como de pulgas. Generalmente, estas picaduras no conllevan un riesgo serio para la salud, más allá del dolor y escozor que remiten con el tiempo. No obstante, hay ciertos grupos de población que deben tener precaución, como las embarazadas, los niños pequeños y las personas alérgicas al veneno de estos insectos.
Para evitar las picaduras de insectos existen repelentes en diversas formas:
- Sprays
- Lociones
- Cremas
Si los insectos ya nos han picado, también disponemos de productos como antihistamínicos, hidrocortisona o soluciones de amoníaco que alivian la sensación de picor y escozor, además de refrescar la piel.
Picaduras de medusas
Otras picaduras típicas del verano son las de medusas en el mar. Se trata de un problema cada vez más habitual debido a la mayor temperatura del agua. Para prevenirlas, además de precaución, existen protectores solares que llevan incorporados componentes activos que evitan estas molestas picaduras.