El trabajo de oficina implica pasar muchas horas sentado frente al ordenador, lo que puede dar lugar a la aparición de diversos problemas que pueden acabar repercutiendo en nuestra salud física.

Para que esto no suceda, es importante que adoptemos una serie de hábitos saludables durante la jornada laboral. Desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp) te contamos cuáles son:

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• Siéntate bien. Es importante que la espalda esté bien pegada al respaldo de la silla, es decir, que esté totalmente recta, sin curvaturas. Para ello, la pantalla (separada de los ojos más de 40 cm.), el teclado y el ratón también deben estar en una posición adecuada. Recuerda que el antebrazo debe estar siempre en contacto con la mesa y no tenso en el aire.
• Haz descansos y muévete. Cada hora u hora y media es recomendable levantarse para estirar las piernas. Lo ideal es caminar durante un par de minutos, por lo que durante ese tiempo puedes aprovechar para ir al baño, hacerte un café o hablar con tus compañeros. Recuerda que al cambiar de postura activas la musculatura y reduces la posibilidad de contracturas.
• Descansa la vista. Usar el ordenador durante mucho tiempo puede provocar dolor de cabeza, escozor y sequedad de ojos, sensibilidad a la luz y visión borrosa. Para combatir esta fatiga ocular es aconsejable establecer pausas de 20 segundos cada 20 minutos, así como parpadear a menudo. Se recomienda utilizar las lágrimas artificiales si apareciese sequedad ocular.
• Sigue las medidas contra la Covid-19. Aunque la mayor parte de la población ya esté vacunada, el coronavirus sigue presente y hay que seguir manteniendo las medidas de protección contra él. Lávate las manos con frecuencia, mantén la distancia con tus compañeros siempre que sea posible, utiliza mascarilla y lleva geles hidroalcohólicos para las situaciones en las que no puedes disponer de agua para lavar las manos.

• Hidrátate y come bien. Lo más adecuado es tener una botella de agua cerca de ti, ya que esto te recordará que tienes que beber sin esperar a tener sed para mantener unos niveles óptimos de hidratación. Por lo que respecta a la alimentación, no olvides llevar una dieta saludable, en la que no falten la fruta y la verdura, que proporcione los nutrientes necesarios para el organismo y no abusar de comida con grasa.