Utiliza siempre el más adecuado a tu tipo de piel y a la zona del cuerpo donde lo vas a aplicar
Aunque es recomendable durante todo el año, en la época estival la protección solar se vuelve imprescindible. Y es que, aunque el sol es muy beneficioso para la salud, ya que favorece la síntesis de vitamina D, mejora el estado de ánimo y aporta bienestar, puede resultar muy perjudicial para la piel si no la protegemos de forma adecuada.
Para ello, debemos elegir un protector solar que proteja contra los rayos ultravioleta tipo A (UVA) y tipo B (UVB), y que sea adecuado a nuestro fototipo de piel y a la zona del cuerpo en la que lo vayamos a utilizar.
Desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp) te aconsejamos seguir estos pasos para elegir y utilizar correctamente tu protector solar y cuidar tu piel:
- Elige el factor de protección más adecuado para tu fototipo de piel. Hay productos específicos para los distintos grupos de edad, como los niños, que tienen una piel más sensible. Además, recuerda que no es aconsejable exponer al sol a los bebés menores de seis meses.
- La piel de la cara tiene unas características diferentes a la del resto del cuerpo, es más fina y puede considerarse más delicada o sensible, por lo que es aconsejable utilizar protectores faciales específicos.
- Comprueba que, si ya lo tenías, el protector solar no está caducado ni ha perdido efectividad.
- Aplica el protector solar cada dos horas o después de salir del agua. Hay disponibles apps que te recuerdan cuándo debes volver a protegerte.
- Evita la exposición al sol en las horas centrales del día, entre las 12 y las 4 de la tarde.
- Utiliza un protector labial con filtro solar para evitar quemaduras y sequedad y mantener los labios hidratados
- No olvides proteger tus ojos con gafas homologadas
- No utilices perfumes y lociones con alcohol
- Recuerda hidratar siempre tu piel por dentro, bebiendo al menos dos litros de agua al día, y por fuera, utilizando cremas hidratantes y aftersun para seguir cuidando tu piel después de la exposición al sol.
Además de a tu fototipo de piel, el protector solar también se adapta a las necesidades de tu piel, a través de diferentes texturas (no grasas, hidratantes…) formatos (spray, stick, gel, crema, etc.), y características como resistente al agua, transparente o con color, no manchan la ropa, y con protección frente a la polución y otros factores que causan el envejecimiento prematuro de la piel, evitando la aparición de manchas, hiperpigmentaciones e imperfecciones.